El avance progresista

Pluralidad y desafío: la expansión de la izquierda en el Congreso

Amelia Rios Federik

Escribe: Amelia Rios Federik

15/11/2025

En las últimas elecciones del país, por primera vez la izquierda  pudo alcanzar un 9%, una cifra que a simple vista puede parecer burda e inofensiva, pero que no solamente es el número más alto que el partido ha alcanzado en el último tiempo si no que en realidad refleja un crecimiento contundente en ámbitos sociales, políticos e institucionales. La izquierda ha tomado fuerza como nunca antes en años recientes, consolidándose como una voz imprescindible para amplios sectores de la sociedad que están insatisfechos 

¿Qué es lo que nos llama de la izquierda?

Desde tiempos inmemorables los proyectos y deseos izquierdistas han sido catalogados como imposibles e inclusive algo utópicos. Hay un argumento sólido acerca de despegarse en parte del mundo que conocemos y que creemos conocer; lo que se traduce en renuncia; renuncia a la vida como la conocemos. 

 Sin embargo, al momento de posicionarse contra el abandono estatal, es la voz que retumba en el eco y denuncia sin miedo. Sea escuchado o no 

Los candidatos de la izquierda se diferencian bruscamente de cualquier partido porque ocupan un plano terrenal. Los vemos en las marchas, en el transporte público, dando charlas,notas y opiniones sin papel que los guione. Nos llama un candidato humano entre tanta lejanía con quienes se postulan y en un momento que se porta de tal desencanto a nivel político en la nación Argentina, parece ya no disgusta tantísimo el zurdo como antes, pese a que el gobierno difunda y apoye el rechazo total hacia el mismo

Este crecimiento es palpable también en la mayor cantidad de movimientos sociales que se identifican con ideas progresistas, en la inclusión de temas como derechos humanos, feminismo y medio ambiente y en el debate público, y en una representación creciente, aunque aún minoritaria, de posturas progresistas dentro del Congreso. Se podria decir que la izquierda, por primera vez en décadas, tiene candidatos reales que no solo son discursos sino propuestas concretas, sostenidas y ancladas en realidades populares.

La importancia del pluralismo 

Esta victoria, lejísimos de ser un hecho aislado, no es relevante únicamente por su cifra si no por el contexto en el que se da; un gobierno de extrema derecha que crece sin parar y que en estas elecciones casi no dejó banca del congreso sin sentar. 

En este congreso parcialmente violeta, el temor de muchos es que la diversidad de ideas se vea vulnerada y que no haya matiz ni oportunidad. 

Más allá de las diferencias ideológicas la pluralidad de ideas en los representantes  de la nación es imprescindible y más que necesaria, ya que tanto el senado como el congreso deben poder albergar las realidades e ideologías de todo el pueblo argentino para garantizar el ejercicio correcto de la democracia y el federalismo.

 Es innegable que Myriam Bregman se ha consolidado como una figura imprescindible en el triunfo reciente de la izquierda argentina, hay algo de esta mujer que no toca puertas, las derriba sin cautela, que no teme en posicionarse frente a debates polémicos y que a su vez lleva con orgullo la sensibilidad.

 Su capacidad para expresar con claridad y contundencia las luchas y esperanzas del movimiento la ha posicionado como una representante auténtica y carismática, capaz de conectar profundamente con la militancia, no solo socialista si no feminista, donde ha tomado protagonismo junto al movimiento américo latino del ni una menos y la constante defensa del “NUNCA MAS” 

En su nuevo libro “Zurda - Apuntes contra la resignación, la mansedumbre y el conformismo”, Bregman afirma que la izquierda no sólo revive, sino que “rompe con las ideas tramposas sobre el socialismo y rescata la potencia emancipadora de la solidaridad, la alegría de la movilización y el orgullo de pertenecer a la tradición ética y vital de la izquierda”,

Distancias y barreras con la izquierda

Sin embargo, ese impulso no se traduce directamente en un porcentaje electoral elevado, y allí están las grandes contradicciones y barreras. Por un lado, la izquierda debe enfrentar una sociedad fragmentada, donde muchas personas disconformes no terminan de encontrar una alternativa que los represente de modo integral. La oferta electoral, si bien más genuina y cercana a las demandas sociales, todavía no logra convencer a todos los sectores de que es la opción para construir mayoría, y esto se da porque en el mundo contemporáneo parece no haber lugar para las propuestas del partido. Es difícil considerarse socialista cuando existe la percepción generalizada de que para serlo es necesario renunciar por completo al mundo capitalista, un cambio radical que muchas veces se ve, y es de hecho inalcanzable. 

También es una realidad que las propuestas de la izquierda se han mantenido lineales y casi no han cambiado ni se han adaptado a las nuevas realidades. A diferencia de la gestión actual que se caracteriza por estar precisamente integrada en áreas tecnológicas y sociales, logrando finalmente una innegable llegada a amplios sectores con estrategias comunicacionales efectivas y de aceptación popular. La izquierda siempre fue más de hacer, plantear y estar que de mostrar, ya que en parte eso contradice un poco su mensaje y en el extremismo se pierde el objetivo de la llegada, termina pareciendo un movimiento restrictivo y más exclusivo cuando en la otra mano cualquiera puede ser libertario o peronista inclusive, en materia de expansión, parece haber quedado unos escalones atrás.

Se estima que precisamente esto es lo que contribuye a que nadie se sienta realmente identificado con el socialismo y perciba estas ideas como alejadas de sus propias necesidades y posibilidades. La idea principal de abolir y reformar tan abruptamente se craquela en sus bases que no están o parecen no estar fijas 

Además, impedimentos históricos y estructurales, como el acceso desigual a los medios hegemónicos, las divisiones internas y la resistencia de sectores dominantes, dificultan la ampliación de su base electoral. En el Congreso y otros espacios de poder, la mirada progresista avanza lentamente y muchas veces se ve limitada por mayorías más conservadoras

Por eso, el desafío de la izquierda no es solo consolidar esa fuerza creciente, sino encontrar caminos para traducir la legitimidad social y discursiva en votos, propuestas y consensos efectivos. Es fundamental no perder el punto central: la izquierda, aunque limitada en número hoy, es una fuerza en expansión que está llamada a ser clave en la definición del futuro político y social. Su crecimiento, es real, y no solo supone el freno de otras fuerzas si no también  la posibilidad de  repensar estrategias y vínculos con la sociedad para llegar a mayores sectores, sin perder la esencia ni la fuerza transformadora que la define.

La pluralidad ideológica que aporta el Frente de Izquierda, es esencial para garantizar que todas las realidades y luchas de nuestro pueblo sean escuchadas y defendidas. 

El Congreso bajo ninguna circunstancia debe  ser un espacio homogéneo; la diversidad y la inclusión de posturas progresistas dan sustento para un sistema democrático vigente y equilibrado, capaz de enfrentar las crisis sociales y construir un futuro con igualdad y dignidad. 


 


 

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